La imagen nos sirvió de disparador para construir un viaje, un desplazamiento por distintos espacios, un tránsito. Para emular la fotografía de Gregory Crewdson se buscaron lugares con luz natural donde podamos transponer la sensación que produce la imagen. El espacio elegido es una casa abandonada cubierta por árboles, la cual ofrece una luz suave que baña tanto la casa, así como destaca al personaje en la puerta, buscando emular el clima de abandono y misterio de la fotografía. Con la locación que tuvimos fue lo más parecido que pudimos acercarnos a la fotografía. Con posterioridad, al ver lo realizado, notamos que pudimos haber utilizado una altura más baja de cámara y alejar un poco a la actriz de la puerta para lograr una mayor similitud.

 

Hubo un trabajo de observar el comportamiento de la luz en los interiores y en los exteriores. En los interiores buscamos que la luz fuera un rayo entrando en la oscuridad, bañando el espacio decadente.

Se eligió trabajar con lentes angulares y tomas fijas en trípode para construir un tiempo contemplativo, casi estancado, que se reforzó desde el montaje. Se buscó que la ropa de la actríz fuera de un gris claro, así como que los objetos que aparecieran en cuadro en el galpón fueran terrosos para que siempre sea ella quien se destaque.